Reparar el piso de hormigón en una fábrica, una casa, en un depósito o en un estacionamiento, puede ser tarea difícil. Con ello, no estoy queriendo decir que sea imposible, pero no vamos a negar que es un piso complejo si empieza a tener roturas o desgranamientos.
Las primeras señales de que tenemos que reparar el piso de hormigón
Lo primero que empezamos a ver en un piso de hormigón sin ningún tipo de protección son las manchas. Esto es así, porque la porosidad de un piso sin ningún tipo de tratamiento, absorbe toda contaminación producto del tránsito o de derrames líquidos. La consecuencia de ello será el debilitamiento de la porosidad interna.
Un estadío algo más avanzado es el desgranamiento. Simplemente, me refiero al polvillo que se empieza a desprender del piso, pareciendo un auténtico arenero cuanto más se dificulta el problema.
El estadío final es la destrucción del piso, generando cráteres, grietas y roturas de juntas. Esto es así porque, el piso desgranado y debilitado, es propenso a profundizar este desgranamiento y a ser muy sensible incluso al tránsito leve. Ni hablar si se pasa un autoelevador o se caen herramientas pesadas encima.
Algo importante a saber, es que a medida que avanza el problema, es más cara su solución. Por lo tanto, si estás empezando a ver alguno de estos síntomas en tu piso, tenés que considerar repararlo cuanto antes ya que protegerá a tu piso y a tu bolsillo.