El pulido y el vitrificado es un procedimiento complejo, que suele ser recomendable en superficies de alto tránsito. Esto es así, porque tiene una gran resistencia y genera un brillo inherente al piso. De esta manera, no genera capa y se impregna directamente en los poros, sin la posibilidad del debilitamiento lógico que tiene el sellado.
Al estar cerrados los poros, el procedimiento es similar al sellador, pero con mayor resistencia. Es decir, las manchas, suciedad y contaminaciones no penetran en el piso. Es por eso, que es un procedimiento recomendable para fábricas, comercios, boliches, bares, shoppings, garages o depósitos que tengan mucho tránsito y requieran un mantenimiento fácil para lucir estéticamente impecables.
También, el vitrificado es un procedimiento en alza dentro de la preferencia de arquitectos que se dedican a grandes obras de construcción. Esto es así, porque se puede lograr un brillo espejo en el piso directamente sobre el hormigón, sin colocar revestimientos. El resultado: menores tiempos y costos de obra en construcción, con un piso estético, durable y de calidad.